Mikel Merino, en el nombre del padre

Donaueschingen (Alemania), 6 jul (EFE).- Una Eurocopa a la que llegaba sintiéndose escudero de Rodri, con firmes opciones de papel de protagonista, pero en la que quedó relegado a secundario por el nivel de Fabián Ruiz, tenía reservado el momento de mayor gloria para Mikel Merino en un día señalado. El mismo escenario donde hace 33 años su padre Miguel marcaba para Osasuna, firmó un testarazo histórico para la selección.

El centrocampista de España Mikel Merino (2d) celebra el segundo gol de su equipo en el partido de cuartos de final de la Eurocopa entre España y Alemania, este viernes en Stuttgart. EFE/ Alberto Estévez
El centrocampista de España Mikel Merino (2d) celebra el segundo gol de su equipo en el partido de cuartos de final de la Eurocopa entre España y Alemania, este viernes en Stuttgart. EFE/ Alberto Estévez

Donaueschingen (Alemania), 6 jul (EFE).- Una Eurocopa a la que llegaba sintiéndose escudero de Rodri, con firmes opciones de papel de protagonista, pero en la que quedó relegado a secundario por el nivel de Fabián Ruiz, tenía reservado el momento de mayor gloria para Mikel Merino en un día señalado. El mismo escenario donde hace 33 años su padre Miguel marcaba para Osasuna, firmó un testarazo histórico para la selección.

Por la grandeza de la hazaña, por el sufrimiento, por la gesta que representó tumbar a una Alemania que recuperó la grandeza en su torneo con el regreso de su 'general' Toni Kroos para una última batalla, el vuelo de Mikel Merino pasa a estar clasificado con los grandes tantos históricos de España.

La explosión de alegría cuando Dani Olmo realizó la lectura perfecta y de diestra puso un centro suave perfecto donde Joselu Mato luchaba con centrales y Rüdiger medía mal, perdiendo la espalda a la aparición al espacio de Mikel Merino en vuelo sin motor. Saltó con potencia, abrió las piernas para encontrar equilibrio en el aire, esperó el balón y lo remató con la frente tras un giro perfecto de cabeza directo a la escuadra donde nunca podía llegar Neuer.

"Escuché un silencio increíble tras rematar", relató Mikel Merino. "No vi salir el balón de mi cabeza y cuando lo vi dentro de la portería, a todos mis compañeros venir corriendo como locos, fue indescriptible".

Mikel había igualado a Miguel, su padre, exfutbolista de Leganés, Celta, Las Palmas y Osasuna, al que ya ha superado en logros en su carrera pero con el que mantiene un pique especial que le motiva a seguir superándose. "Siempre me vacilaba con que es el único que había marcado en este estadio".

Y pese a que Miguel apenas disputó cuatro partidos en competición europea, justo en uno el 5 de noviembre de 1991 en el Mercedes-Benz Arena, ayer Stuttgart Arena por la prohibición de UEFA de marcas en nombres de estadios, marcaba su único tanto para ayudar en el éxito ante el equipo alemán, eliminado en dieciseisavos de la Copa de la UEFA (2-3), en un año en el que fue campeón de la Bundesliga.

Aún no había nacido Mikel Merino pero muchas veces vio el gol y la celebración. El fútbol le regaló la oportunidad de debutar con la selección hace cuatro años precisamente en el mismo escenario, en un empate a un tanto frente a Alemania en la Liga de las Naciones de la mano de Luis Enrique Martínez.

Y en su regreso, en un "escenario "idílico", en "un día clave como unos cuartos de final" con una selección que nunca alcanzó su padre, le hizo el mejor de los homenajes. Un golazo y una celebración repleta de locura por el minuto, 119, a uno del final, pero con tiempo para imitar la misma celebración de Miguel que se encontraba en la grada.

"Un gol así en el minuto 119, en el mismo estadio en el que hice mi debut con la selección, donde mi padre marcó es una forma de cerrar un ciclo. Tenía que meter gol para que mi padre no me vacilará con que es el único que ha marcado en este estadio y ahora ya están igualadas las cuentas. Estas coincidencias son difíciles de explicar pero se dan en el fútbol", confesó con emoción Mikel.

Fue la reivindicación de una segunda unidad que está siendo ejemplar con Luis de la Fuente. Tan trabajado el concepto 'equipo' y 'familia' para que cada uno de los 26 elegidos para la Eurocopa 2024 acepte de buen grado su papel. Sin egos ni malas caras. Preparados para cuando llega la oportunidad.

Así lo demostró Dani Olmo cuando Toni Kroos acabó con la Eurocopa de Pedro con una entrada fea. Y lo extendió Mikel Merino, al que acudió De la Fuente para aumentar la contención de una selección que sufría un asedio alemán, jugando fuera de su demarcación habitual durante muchos minutos y encontrando el espacio adecuado para enganchar un remate que ya es historia del fútbol española por dar el sexto pase a unas semifinales de Eurocopa. Un gol especial con mucha historia y un homenaje.

Roberto Morales